El retrato de Audrey Hepburn ocupa el puesto de honor en el magnífico escenario de la librería. |
Aunque comenzó lluviosa la mañana se tornó espléndida en El pequeño teatro de los libros Quiero agradecer a todos la asistencia y el cariño demostrado. Los próximos días iremos colgando fotografías de la exposición. A continuación les dejo con el texto que Marcos Callau preparó como presentación:
Bienvenidos a todos los
asistentes y mil gracias por haber dedicado vuestro tiempo a acudir a esta cita
con la pintura. Estoy seguro de que hablo por boca del autor de todas estas
obras, Antonio Callau, al decir que es un completo honor tener la oportunidad
de exponer en un escenario tan espacioso, tan original y
que es justo agradecer todas las facilidades que Ciro y Carolina nos han
brindado para organizar aquí esta exposición. Gracias por su generosidad, por
ser como son y por favor, no lo duden, si tienen que comprar un libro, en
ningún lugar como En el pequeño teatro de los libros. Esta exposición titulada
“Sueños y recuerdos desde mi pincel” repasa las obras de un hombre que ha
dedicado por completo su vida a la pintura. Sueños y recuerdos, nos dice.
Sueños porque la fábrica de sueños está presente aquí de manera palpable, con
esta completa galería de actores y actrices que marcaron una época. Y
recuerdos, los de la infancia, la juventud, paisajes del pirineo, postales de
Jaca, un bosque, un embarcadero…
Antonio Callau nació en Zaragoza
un 25 de septiembre de 1957 y a muy temprana edad comenzó a pintar y a dibujar
todo lo que veía en la televisión de sus padres, la vieja televisión del Nodo,
el blanco y negro y los grises. Así comenzó a dibujar los protagonistas de Los
guardianes del espacio, Los Supersónicos, Los Picapiedra, Don Gato…inventando
los colores que todavía no se conocían en España. Más tarde comenzó a trabajar
la caricatura de personajes famosos y ya, en la juventud, comenzó sus estudios
en la Escuela de Artes Aplicadas de Zaragoza. Años después, estudió en la
Escuela de Alejandro Cañada y terminó la carrera de delineante, cuando todavía
los planos no habían oído hablar del ordenador. Definitivamente, se dedicó por
completo a la pintura. Y sobre él ejerció una poderosa influencia la
fascinación por el cine, pero sobretodo por el cine en blanco y negro. Aquí
tenemos la parte central de esta exposición, en el perfeccionamiento que
durante años ha ido trabajando sobre el retrato, con la notable influencia
plástica del cine negro. Sobre el papel gris, Antonio dramatiza las líneas de
un rostro petrificado con un profundo lápiz negro y suaviza, en cambio, la zona
de los ojos con blancos y grises consiguiendo de esta manera un efecto realista
en el que parece que casi podemos escuchar a Humphrey Bogart decir “Here’s
looking at you, kid” Últimamente, añade notas de color en nuevos retratos como
esta mirada con ángel, que es Audrey Hepburn o la perturbadora imagen de Gloria
Grahame con labios rojos, un deseo muy humano.Aunque, como hemos dicho, su vida se ha dedicado por entero a la pintura, pocas han sido las exposiciones en las que ha formado parte. Exposiciones colectivas en La Lonja de Zaragoza, El Corte Inglés de Independencia y homenaje a Cañada en la Escuela de Artes Aplicadas de Zaragoza. Su primera exposición individual fue en el Hotel Boston, en el año 2006. La presente exposición de El pequeño teatro de los libros representa su segunda exposición individual.
Antonio Callau siente debilidad
por los autores del Renacimiento, con
predilección por Andrea del Sarto. Actualmente su verdadera devoción son
las obras de Antonio López y la perfección de su eterna Gran Vía. Pero el
Realismo de Antonio Callau es personal, tiene un estilo, un sello propio. Es
indiferente que miremos un retrato, un automóvil, un abarrotado Times Square o
un pequeño rincón de un pueblo del pirineo… Siempre sabremos que se trata de un
cuadro de Antonio. Tomemos dos retratos de una misma persona: Frank Sinatra. En
el Sinatra de los años cincuenta, vemos a un hombre jovial, alegre, con ese
sombrero ladeado y esa sonrisa que le hizo famoso. Sin embargo, en el Sinatra
de los años ochenta, vemos a un hombre pensativo, sombrío. El Sinatra pintado
al óleo, con esos ocres, esos ojos azules sombríos, ese marrón que predomina en
el lienzo es puro otoño, septiembre. Sin embargo y aunque sea en blanco y
negro, ese Sinatra de los años cincuenta es puro verano. Esto es lo importante
en la pintura de Antonio Callau donde un retrato no es simplemente un retrato,
y una pintura dedicada a Chaplin es tan dulcemente triste como la canción que
precisamente él compuso y tituló “Smile” Espero que disfruten de esta
exposición y también puedan dedicarnos una “smile” dulcemente alegre.
Marcos Callau
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